¿Qué es el sexting?



El término anglosajón “sexting” fruto de la contracción sex (sexo) y testing (prueba) surgió hace unos años para definir la conducta de los jóvenes que envían fotos eróticas o sexualmente explícitas a través de teléfonos móviles. Esta práctica que en su origen abarcaba única y exclusivamente a los mensajes de texto, se ha extendido y las cifras han aumentado considerablemente: Un 20% de los jóvenes de entre 13 y 17 años ha mandado alguna imagen o vídeo suyo en una situación comprometedora.
La convergencia tecnológica abre las puertas a la comunicación masiva. Desde Internet se puede llamar a móviles y a la inversa. Nuestros teléfonos son pequeños ordenadores más que móviles. Esto se traduce en que lo que está en el móvil puede estar en Internet, y lo que está en Internet se puede bajar al móvil. Así, los contenidos o las fotografías eróticas que envían algunos jóvenes pasan por la red rápidamente; y un juego que empezó para ligar con el móvil acaba siendo accesible a millares de cibernautas.
“¡Mi hijo no hace esto!”, podemos pensar. ¡No nos pongamos una venda en los ojos! Una encuesta realizada por Seattle Post-Intelligence a jóvenes entre 13 y 16 años demostró que el 22% de las chicas y el 33% de los chicos reconocieron haber enviado o publicado en la red fotos comprometedoras de sí mismos.
Es más, un estudio aun más reciente -de este último año- reveló que 1 de cada 5 jóvenes había enviado fotos de sí mismos en esta actitud.
Algunos adolescentes no saben valorar su intimidad ni parecen darse cuenta de la magnitud de estas conductas y los posibles efectos futuros que pueden tener. Por esto, no está de más que les se lo recordemos aunque nos llamen pesados, aunque nos digan que ya lo saben y que ellos toman sus propias decisiones. No olvidemos que el efecto “contagio” en la red es muy rápido y lo que entra ¡es muy difícil eliminarlo!
Apliquémoslo con nuestros menores y entre todos haremos una red más segura.
Fuente: GDT

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